miércoles, 11 de abril de 2018

Emociones y sentimientos.


La emoción es definida por la neurociencia como la respuesta de nivel básico que crea reacciones bioquímicas en el cuerpo alterando el estado físico actual.
Los sentimientos, por otro lado, son asociaciones mentales y reacciones hacia las emociones según nuestras experiencias personales.

Los sentimientos son experiencias mentales del estado en que encuentra nuestro cuerpo. Estos sentimientos van apareciendo a medida que el cerebro va interpretando las emociones. Las emociones, a su vez, aparecen como respuestas del cuerpo hacia estímulos externos. La cadena emoción-sentimiento-sentimiento, sería por ejemplo: estoy asustado, siento miedo y luego me siento horrorizado.

La emoción es una alteración del estado físico que se puede medir por medio de la presión arterial o latidos del corazón. La emoción nace de estímulos externos, son instintivos y de corta duración. Las emociones son también provocadas por los sentimientos como por ejemplo cuando recuerdas un momento especial y sonríes.

El sentimiento es una alteración en el estado mental que se mide según las experiencias de vida de cada uno. Son generadas en el subconsciente, por lo tanto queda en la memoria emocional siendo duradero y recurrente.

Clasificación de emociones

Asco: lo que ayuda a elegir.
Cuando se rechaza algo, por la repugnancia que provoca, difícilmente se volverá a elegir ese objeto que desencadenó tal reacción.
La capacidad de sentir asco es innata (universal), aunque los disparadores varían de una cultura a otra. Por ejemplo: la percepción de comer insectos según la cultura occidental y la oriental.

Ira: lo que da fuerza.
Si bien el enfado es muchas veces percibido como algo negativo, otras veces se convierte en una verdadera fuente de energía que puede servir para sobrellevar una situación.

Miedo: lo que nos protege.
Cuando en el ser humano se activa el miedo, éste se prepara para luchar o huir. El cuerpo toma toda clase de decisiones para enfrentar a la amenaza. Se trata, en definitiva, de una emoción protectora, imprescindible para la supervivencia. Pero, ¿qué sucede cuando el individuo cree que está en peligro, pero en realidad no lo está? Es la otra cara del miedo: puede paralizar a una persona por completo.

Sorpresa: lo que no se esperaba.
La sorpresa causa sobresalto. Es una emoción neutra, ya que podría llevar a una persona a cualquier dirección: positiva o negativa. Podría dejar a la persona perpleja, abatida, asombrada o estupefacta.

Felicidad: lo que nos hace bien.
El bienestar es poderoso porque favorece la disposición a relacionarse y vincularse socialmente con otras personas. Cuando se está feliz, se despierta la creatividad, la memoria, la resolución de conflictos, etc.

Tristeza: lo que nos apena o inspira.
La tristeza es poderosa, relacionada con el dolor, la pérdida y el daño. Puede abarcar desde un simple estado de aburrimiento hasta una profunda depresión. Por otro lado, también puede convertirse en una tremenda fuente de inspiración.







Se debe tener siempre en cuenta que a veces se puede sentir más de un sentimiento a la vez. Cuando estos sentimientos  son contrarios, el cuerpo tiene dificultades para procesarlos, por lo que normalmente expresamos uno a la vez o en ocasiones expresamos sólo uno y nos tragamos el otro.
Cuando somos concientes de lo que estamos sintiendo y el porqué, es más sencillo canalizar los sentimientos de uno en uno en situaciones más controladas sin dejar que se nos acumulen dentro del cuerpo, causándole problemas nerviosos o de salud.

En la siguiente cuadrilla se puede llevar un seguimiento de tus emociones para tener una mejor visión y progreso.






Fuentes:
reconexion.life y adriansilisque.com





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